El mundo está presenciando un cambio significativo en la inversión en energía, con la transición hacia fuentes limpias cobrando impulso. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) titulado “World Energy Investment 2023”, la inversión global en energía limpia está en camino de alcanzar la asombrosa cifra de US$ 1,7 billones en 2023. refleja un cambio en las prioridades de los inversores, impulsado por la creciente preocupación por la asequibilidad de la energía y seguridad, así como la urgencia de abordar el cambio climático.
Una de las principales razones para una mayor inversión en energía limpia es la creciente conciencia de los impactos negativos de los combustibles fósiles en el medio ambiente y la salud humana. La crisis energética mundial, con fluctuaciones de precios y escasez, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de estas fuentes de energía no renovables. Como resultado, más países, empresas e individuos eligen soluciones sostenibles que se basan en fuentes de energía renovables y tecnologías limpias.
El informe predice un aumento anual de 24% en inversión en energía limpia entre 2021 y 2023. Las energías renovables y los vehículos eléctricos lideran esta tendencia, impulsando el crecimiento en este sector. La energía solar, eólica, hidroeléctrica y de biomasa están recibiendo una parte importante de las inversiones, impulsando la capacidad instalada y la generación de energía renovable en todo el mundo. Al mismo tiempo, los vehículos eléctricos están ganando popularidad, fomentando el desarrollo de infraestructuras de carga y la producción a gran escala de baterías más eficientes.
Sin embargo, es importante señalar que más del 90% de este aumento en la inversión en energía limpia proviene de economías avanzadas y China. Esta concentración de inversiones crea el riesgo de profundizar las brechas globales en la transición hacia la energía limpia. Para lograr una transformación energética verdaderamente global y abordar los desafíos del cambio climático, es esencial que otras regiones también intensifiquen sus esfuerzos e inviertan en soluciones sostenibles.
El informe destaca la necesidad de políticas claras y apoyo gubernamental para impulsar la transición hacia la energía limpia en todo el mundo. Además, es fundamental promover la cooperación internacional y compartir conocimientos y tecnologías para superar las barreras que pueden dificultar la adopción de fuentes de energía renovables y tecnologías limpias en diferentes regiones.
A medida que la inversión global en energía limpia continúa aumentando, debemos aprovechar este impulso y acelerar la transición hacia un futuro sostenible. La energía limpia no solo contribuye a mitigar el cambio climático, sino que también promueve el desarrollo económico, la creación de empleos verdes y una mejor calidad de vida. El camino hacia un futuro más sostenible es claro y es hora de actuar juntos para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la energía limpia.
La Agencia Internacional de la Energía define la seguridad energética como la disponibilidad continua de fuentes de energía a precios asequibles. Históricamente, las discusiones sobre seguridad energética se centraron principalmente en el suministro de combustibles fósiles, con énfasis en el petróleo. Sin embargo, con la actual crisis energética mundial, está claro que la seguridad energética ya no puede centrarse exclusivamente en los combustibles tradicionales.
La transición a la energía limpia requiere una mirada integral a la seguridad energética. La seguridad a largo plazo depende de la inversión oportuna en infraestructura energética capaz de satisfacer la creciente demanda. La seguridad a corto plazo está relacionada con la capacidad del sistema eléctrico para responder rápidamente a cambios repentinos en el equilibrio entre la oferta y la demanda.
Actualmente, los combustibles fósiles aún representan alrededor del 80% de la matriz energética mundial, lo que resalta la importancia de garantizar la seguridad en el suministro de estos combustibles durante la transición hacia energías limpias. Sin embargo, la atención no debe desviarse de la seguridad de las transiciones de energía limpia.
La carrera hacia las emisiones netas cero centrará la atención en la seguridad del suministro de tecnologías de energía limpia. De acuerdo con el Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050, la energía renovable cubrirá dos tercios de las necesidades energéticas globales para mediados de siglo. Fuentes como la solar y la eólica contribuirán con más de un tercio de la combinación energética, en comparación con solo 2% actualmente. Además, más de dos tercios de la generación eléctrica procederá de fuentes renovables.
Por el contrario, los combustibles fósiles solo representarán alrededor de 20% de la combinación energética en 2050, y el uso del carbón disminuirá significativamente. Para 2030, el mercado combinado de tecnologías clave de energía limpia superará al mercado del petróleo. Sin embargo, muchas de estas tecnologías dependen de recursos domésticos como el sol y el viento, mientras que los equipos, los minerales críticos, los materiales y los componentes necesarios para explotar estos recursos y fabricar equipos relacionados a menudo dependen de las cadenas de suministro globales.
Garantizar la seguridad energética en esta nueva era requiere un enfoque integral. Esto incluye inversiones adecuadas en infraestructura de energía limpia, el desarrollo de cadenas de suministro resilientes y el fomento de la producción local de tecnologías y componentes. Además, la cooperación internacional y el intercambio de conocimientos son esenciales para abordar desafíos comunes y promover una transición global.
Acciones internacionales encaminadas a la seguridad e igualdad energética
El ODS 7 (Objetivo de Desarrollo Sostenible 7) tiene como objetivo garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables, sostenibles y modernos. Sin embargo, para lograr este objetivo, es necesario establecer interconexiones entre el ODS 7 y otros ODS, reconociendo que el acceso a la energía es esencial para el desarrollo sostenible en muchas áreas.
En los últimos años, el ritmo de crecimiento en el acceso a la electricidad ha sido insuficiente, dejando a muchas personas sin electricidad. Entre 2019 y 2021, el aumento anual en el número de personas con acceso a la electricidad fue de 114 millones, por debajo de los 129 millones anuales observados entre 2010 y 2019. Esto representa un crecimiento de solo 0,7% por año entre 2010 y 2019, que disminuyó a 0.6% por año entre 2019 y 2021.
Para alcanzar la meta del acceso universal a la electricidad para 2030, es necesario acelerar significativamente el ritmo de crecimiento. La tasa de crecimiento anual en el acceso a la electricidad debe ser de al menos 1 punto porcentual a partir de 2021. Esta aceleración debe apuntar especialmente a la región de África subsahariana, donde se necesitan avances de más de 5 puntos porcentuales por año en promedio. próximos nueve años.
Se produce una interconexión importante con el ODS 1 (Erradicación de la Pobreza). El acceso a la energía es fundamental para mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en la pobreza. Un suministro de energía fiable y asequible puede impulsar el crecimiento económico, crear puestos de trabajo y mejorar la productividad, contribuyendo a la reducción de la pobreza y un mayor bienestar.
Además, la interconexión con el ODS 3 (Salud y Bienestar) es evidente. El acceso a fuentes de energía limpias y confiables es fundamental para mejorar la calidad de los servicios de salud. La electricidad es necesaria para alimentar los equipos médicos, iluminar las instalaciones de salud, garantizar el almacenamiento adecuado de medicamentos y vacunas y permitir el acceso a la información y la comunicación en materia de salud.
En cuanto a la interconexión con el ODS 4 (Educación de calidad), el acceso a la energía es fundamental para garantizar un entorno de aprendizaje adecuado. Las escuelas y centros educativos necesitan energía eléctrica para la iluminación, el uso de tecnologías educativas, el acceso a internet y el funcionamiento de los equipos audiovisuales. El acceso a la energía contribuye a mejorar la calidad y equidad de la educación.
La interconexión entre el ODS 7 y el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) también es crucial. El acceso a la energía es un factor que facilita el crecimiento económico sostenible. Permite el desarrollo de actividades productivas, promueve el emprendimiento, mejora la competitividad de las empresas y genera oportunidades de empleo digno.
Además, el ODS 13 (Acción contra el Cambio Climático Global) también está interrelacionado con el ODS 7. La transición hacia fuentes de energía limpias y sostenibles es fundamental para mitigar los impactos del cambio climático. Las inversiones en energías renovables, eficiencia energética y tecnologías limpias contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a construir un futuro más sostenible.
Para promover estos vínculos entre el ODS 7 y otros ODS, es necesario demostrar compromiso político y adoptar políticas que maximicen los beneficios socioeconómicos del acceso a la energía. Se necesitan importantes inversiones para lograr el acceso universal a la electricidad para 2030, según proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía.
El Informe de tendencias del mercado solar fuera de la red 2022, producido por varias organizaciones, revela información importante sobre la industria solar fuera de la red. El informe destaca que las tecnologías solares han demostrado ser la solución más económica y viable para lograr el acceso universal a la electricidad para 2030, y se espera que estas tecnologías se utilicen en 55% de nuevas conexiones domésticas durante los próximos cinco años.
El informe revela que más de 490 millones de personas tenían acceso a kits de energía solar a fines de 2021, frente a los 420 millones en 2019. Muchas personas están obteniendo el nivel más alto de acceso (Nivel 2.a) a través de Pay As You Go. (PAYG) modelo de negocio.
Sin embargo, el informe destaca que el modelo PAYG puede no ser suficiente para cerrar la brecha de asequibilidad, ya que entre 177 y 277 millones de personas sin acceso actualmente no pueden pagar un sistema solar de nivel 1 debido a los precios más altos y las limitaciones de ingresos.
El sector de la energía solar fuera de la red tiene un impacto significativo en la creación de empleo, especialmente en las zonas rurales donde las oportunidades laborales son limitadas. El informe señala que las empresas de este sector crean cientos de miles de puestos de trabajo, más de la mitad de los cuales se encuentran en regiones rurales. Esto contribuye a aumentar los ingresos y ofrece oportunidades para la población joven de estas zonas.
Además, los gobiernos, los inversores y los socios para el desarrollo reconocen cada vez más el potencial de las soluciones de energía solar fuera de la red para impulsar instituciones públicas como escuelas rurales y clínicas de salud. Los sistemas de iluminación solar fuera de la red y los paquetes de energía están diseñados para promover el uso productivo de la electricidad y están impulsando a más de 10 millones de micro y pequeñas empresas en todo el mundo. También existe una gran oportunidad para aprovechar la energía solar en usos productivos en el sector agrícola, como el bombeo de agua solar o el almacenamiento en frío con energía solar, que pueden mejorar rápidamente los medios de vida de aproximadamente 22 millones de pequeños agricultores en el África subsahariana. En India.
La electricidad es un requisito previo esencial para el desarrollo socioeconómico, la mejora de la calidad de vida y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Impulsa la educación, la salud, el espíritu empresarial y la productividad, además de brindar oportunidades para abordar los desafíos del cambio climático mediante el uso de energías renovables.
Por lo tanto, es crucial que las partes interesadas redoblen decididamente sus esfuerzos para garantizar que el acceso a la electricidad sea una realidad para todos.
Aumento del acceso a la energía resiliente al cambio climático: interrelaciones entre el ODS 7 y el ODS 13
Aumentar el acceso a energía resistente al clima es un desafío clave que está entrelazado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, que aborda el acceso a energía limpia y asequible, y el ODS 13, que se relaciona con la acción climática. Para cumplir con las obligaciones internacionales en materia de cambio climático y lograr el acceso universal a la energía, especialmente en los países menos desarrollados, es fundamental construir sistemas energéticos más resilientes.
La expansión de la electricidad a través de minirredes o sistemas autónomos puede desempeñar un papel importante para abordar los desafíos energéticos de una manera respetuosa con el clima y mantener los medios de vida, especialmente en áreas remotas y de difícil acceso. Sin embargo, es necesario reconocer que estas modernas infraestructuras eléctricas son vulnerables al cambio climático, lo que pone en peligro los avances ya logrados en el acceso a energía moderna y asequible.
La adaptación al cambio climático también puede aumentar la demanda de energía, y satisfacer esta demanda con energía renovable requiere una fuerte integración de las energías renovables en la agenda de adaptación. Por lo tanto, es fundamental llevar a cabo una planificación integrada y rentable que satisfaga las necesidades de los consumidores de servicios energéticos fiables y eficientes.
Los gobiernos juegan un papel crucial en la creación de un entorno propicio para atraer y administrar el capital privado necesario para impulsar la electrificación limpia en la red, al tiempo que aprovechan los fondos públicos para alentar la inversión del sector privado en el acceso descentralizado a la electricidad. La incorporación de consideraciones sobre el cambio climático en las políticas, estrategias y planificación nacionales de acceso a la energía es fundamental para fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los peligros y desastres relacionados con el clima.
Sin embargo, uno de los desafíos que enfrenta es la adquisición de datos climáticos, energéticos y socioeconómicos de alta resolución, especialmente en regiones como África. Es necesario desarrollar la capacidad de las partes interesadas públicas y privadas para recopilar, administrar y utilizar estos datos en la planificación, el financiamiento y la formulación de políticas relacionadas con el acceso a energía resiliente al clima.
Por lo tanto, es fundamental fortalecer la capacidad de las partes interesadas locales, nacionales y regionales para adquirir, gestionar y utilizar datos relevantes, teniendo en cuenta cuestiones de privacidad, propiedad e intercambio de datos entre entidades. Al hacerlo, será posible ampliar el acceso a energía resistente al clima y avanzar hacia el logro de los ODS 7 y 13, contribuyendo a un futuro más sostenible y resistente al clima.
Promoción de la sostenibilidad: la interdependencia entre el acceso a la energía y los ODS 7, 4 y 3 en escuelas e instalaciones de salud
O aumento do acesso à energia nas escolas e instalações de saúde está intimamente ligado aos Objetivos de Desenvolvimento Sustentável (ODS) 7, 4 e 3, que são, respectivamente, “Energia Acessível e Limpa”, “Educação de Qualidade” e “Saúde e Bienestar". Esta interconexión entre los ODS muestra cómo el acceso a la energía es fundamental para mejorar la calidad de la educación y promover el bienestar en las comunidades.
El acceso a energía moderna y confiable en las escuelas juega un papel crucial en la promoción de una educación de alta calidad. La disponibilidad de energía permite la adecuada iluminación, calefacción y refrigeración de las aulas, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación y el aprovechamiento de los recursos educativos. Esto contribuye a un entorno de aprendizaje más propicio, atrayendo nuevos profesores y aumentando la retención de estudiantes.
Además, el acceso a la energía en las escuelas facilita la gestión escolar y el acceso a los recursos didácticos y material didáctico. Esto mejora la eficiencia de las escuelas y contribuye a una educación de calidad, ya que los docentes tienen acceso a las herramientas y materiales que necesitan para brindar una experiencia de aprendizaje enriquecedora.
La disponibilidad de electricidad en los hogares de los estudiantes también juega un papel importante en el acceso a la educación. Muchos niños enfrentan dificultades para recolectar combustible para uso doméstico, lo que consume mucho tiempo y afecta negativamente su rendimiento académico. Además, la falta de electricidad en el hogar puede limitar el tiempo de estudio de los estudiantes, especialmente después del anochecer. Con acceso a la energía, los estudiantes tienen más oportunidades de estudiar, aumentando la asistencia escolar, el rendimiento académico, la alfabetización y las tasas de finalización.
Millones de niños se han visto impedidos de continuar su educación por la falta de estos recursos, afectando negativamente su aprendizaje y poniéndolos en riesgo de no regresar a la escuela. Regiones como África subsahariana tienen bajas tasas de acceso a la electricidad en las escuelas, lo que pone de relieve la necesidad urgente de mejoras en esta área.
Ante estos desafíos, es importante aprovechar la tecnología para superar las barreras educativas. Algunos países ya están implementando programas innovadores para promover el acceso a la educación. Por ejemplo, en Sierra Leona, el “Diccionario SMS” permite a los estudiantes tener acceso a la electricidad incluso sin acceso a Internet, permitiéndoles cargar sus teléfonos y aprender nuevas palabras. La instrucción por radio, que se utilizó durante la crisis del ébola de 2014, también ha desempeñado un papel crucial para mantener a los niños en la escuela durante la pandemia. Además, también se está adoptando el uso de tabletas, que se pueden cargar con soluciones de energía fuera de la red.
Acelerar la financiación de minirredes asequibles y sistemas autónomos, incluidas las tecnologías de almacenamiento de baterías, es un paso importante para brindar una educación de calidad, con implicaciones significativas para una serie de otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es fundamental adoptar soluciones innovadoras que amplíen el acceso a la energía en las escuelas como parte de una estrategia integrada para hacer que la educación sea accesible e inclusiva para todos, especialmente para grupos previamente marginados como estudiantes embarazadas, estudiantes rurales y personas con discapacidad.
Invertir en mejorar el acceso a la energía en las escuelas está empoderando a la próxima generación de líderes tecnológicos, brindándoles las habilidades que necesitan para impulsar la transición energética. Es importante incluir aspectos ecológicos y educación energética en el currículo, preparando a los jóvenes para que sean agentes de cambio frente a los desafíos energéticos del futuro.
Además, la disponibilidad de electricidad confiable es crucial para impulsar las operaciones médicas y de emergencia que salvan vidas. La falta de energía confiable compromete el funcionamiento de los equipos e instrumentos médicos, el suministro de agua para la desinfección, el mantenimiento de los sistemas de inmunización que dependen de la cadena de frío y otras comodidades críticas. Por lo tanto, garantizar una adecuada electrificación en los establecimientos de salud es de suma importancia.
Recientemente, un estudio destacó la importancia de electrificar las instalaciones de atención médica y presentó acciones prioritarias para los gobiernos y los socios de desarrollo. Invertir en la infraestructura eléctrica de estas instalaciones médicas es fundamental para mejorar la atención médica y garantizar el acceso a servicios médicos vitales, especialmente en áreas remotas o con pocos recursos.
En resumen, la financiación acelerada de minirredes asequibles y sistemas autónomos, junto con el uso de tecnologías de almacenamiento de baterías, es una medida esencial para aumentar el acceso a la energía en las escuelas y los centros de salud. Estas soluciones innovadoras juegan un papel clave para promover una educación inclusiva y de calidad, así como para garantizar el correcto funcionamiento de los servicios médicos y de emergencia.
Conectando energía, igualdad y paz: las interconexiones entre el ODS 7, el ODS 5 y el ODS 16
Aumentar el acceso a la energía es un tema crucial que involucra interconexiones entre el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, que apunta a garantizar el acceso a energía limpia y asequible para todos, el ODS 5, que busca lograr la igualdad de género, y el ODS 16, relacionado con fragilidad, conflicto y violencia.
El acceso a la electricidad juega un papel clave en el empoderamiento económico de las mujeres y la promoción de la igualdad de género. Las políticas y regulaciones de electrificación sensibles al género tienen más probabilidades de éxito y un enfoque inclusivo, con la participación de las mujeres en la formulación de políticas energéticas, impulsa soluciones más integrales para el acceso a la electricidad.
Varios países del África subsahariana han adoptado marcos de políticas energéticas sensibles al género para promover la expansión de la electrificación. Sin embargo, la falta de datos desagregados por género limita la capacidad de desarrollar políticas inclusivas y fortalecer el espíritu empresarial femenino en el sector energético.
La fragilidad y la pobreza energética están estrechamente vinculadas. La inestabilidad y los conflictos dificultan el desarrollo de infraestructura y las inversiones en electrificación, agravando las vulnerabilidades existentes.
Las personas que viven en situaciones de fragilidad, conflicto y violencia (FCV) o en áreas remotas enfrentan barreras adicionales para acceder a la energía, junto con costos más altos. Las personas desplazadas también enfrentan desafíos significativos, con un acceso mínimo a la electricidad y, donde está disponible, a menudo dependen de fuentes de energía costosas, ineficientes, inseguras y dañinas para el medio ambiente. Los desafíos logísticos y técnicos dificultan el acceso a la energía en entornos de desplazamiento, lo que aumenta los riesgos y reduce los beneficios potenciales.
Los campamentos y asentamientos para personas desplazadas son áreas particularmente difíciles de alcanzar con electricidad, debido a la pobreza de sus residentes, su ubicación remota y los altos costos iniciales de capital. Como resultado, la mayoría de las instalaciones de agua, salud y educación en estos lugares carecen de acceso confiable y moderno a la energía. Actualmente, se está llevando a cabo un esfuerzo de solarización en estas áreas, con el objetivo de proporcionar energía renovable, como la energía solar, para estaciones de bombeo de agua, establecimientos de salud y escuelas en contextos de desplazamiento.
Invertir en soluciones renovables, como la energía solar, en estas áreas es crucial para avanzar en el ODS 7. Estas soluciones pueden proporcionar un acceso confiable y sostenible a la energía, mejorando la vida de las personas en situaciones de fragilidad y conflicto.
Para abordar de manera sostenible las vulnerabilidades de las personas desplazadas por la fuerza y sus impactos en las comunidades locales, los proyectos de acceso a la energía en entornos de desplazamiento requieren enfoques diferenciados para el desarrollo de estándares. Existe la necesidad de implementar programas rentables y basados en evidencia que incluyan apoyo para el despliegue de tecnologías de minirredes y sistemas autónomos. Estos programas deben reconocer a las poblaciones vulnerables como tomadores de decisiones clave y poner a las personas en el centro de atención, en lugar de centrarse únicamente en los programas de ayuda de emergencia.
Para lograr mejoras significativas, es importante vincular el acceso a la energía con los incentivos del programa, integrar a las poblaciones vulnerables en ventanas de financiamiento específicas y apoyar el desarrollo de tecnologías y habilidades que aborden los desafíos de acceso específicos que enfrentan estas poblaciones vulnerables.
Centrar los esfuerzos para acceder a la energía y la financiación en las personas que sufren situaciones de fragilidad, conflicto y violencia, así como en las mujeres y las niñas, tiene efectos multiplicadores en la reducción de la pobreza, la promoción de la inclusión social, la reducción de la desigualdad de género y el logro de otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por lo tanto, es crucial que los planes nacionales de acceso a la energía, la infraestructura y los marcos regulatorios integren a estas poblaciones de manera inclusiva, efectiva y sostenible en la estrategia más amplia de acceso a la energía.
Para asegurar el éxito de estas iniciativas, es fundamental fortalecer el entorno favorable para el acceso a la energía, impulsando políticas y regulaciones sensibles a las necesidades de las poblaciones vulnerables. Esto incluye la participación activa de estas poblaciones en la formulación de políticas, la recopilación de datos desglosados por género y la promoción de programas de capacitación y desarrollo de habilidades que aborden los desafíos específicos que enfrentan estas comunidades.
Conectando energía, trabajo e infraestructura: sinergias entre los ODS 7, 8 y 9 para el acceso sostenible a la energía
Para aumentar el acceso a la energía de manera eficiente y sostenible, es necesario estimular los mercados y mejorar la regulación de las estructuras existentes. Este enfoque vincula los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, 8 y 9, que abarcan la energía limpia y asequible, el trabajo decente y el crecimiento económico, así como la industria, la innovación y la infraestructura.
La ONU ha convocado el Diálogo Energético de Alto Nivel en 2021, con el objetivo de acelerar la implementación del ODS 7, junto con otros objetivos de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París. El diálogo dio como resultado recomendaciones para hacer del acceso universal a la electricidad una prioridad política, económica y ambiental, fortaleciendo las políticas de apoyo y los marcos regulatorios, y apuntando a la financiación necesaria para lograr el acceso universal a la energía para 2030.
Muchas economías en desarrollo enfrentan desafíos de financiamiento escaso, recursos limitados para la mitigación de riesgos, servicios públicos inadecuados y baja capacidad en las agencias relevantes, lo que dificulta el financiamiento de proyectos de acceso a la energía. Para superar estos desafíos, se deben implementar políticas específicas para expandir la infraestructura, actualizar la tecnología y alcanzar las metas de servicios energéticos modernos y sostenibles, dentro de un marco regulatorio apropiado. Cada país debe establecer condiciones que apoyen formas nuevas e innovadoras de promover la transparencia, garantizar la rendición de cuentas y reducir los riesgos de inversión. Además, es importante cerrar la brecha entre compromisos y desembolsos, reducir subsidios ineficientes e identificar métodos predecibles y viables para apalancar los recursos públicos, especialmente para impulsar la vitalidad de las pequeñas y medianas empresas.
Los marcos regulatorios y de políticas para el acceso a la electricidad deben diseñarse de manera que respalden la innovación en tecnología energética y atraigan inversiones financieras para proporcionar electricidad asequible y confiable mientras impulsan el crecimiento económico. Los Indicadores Regulatorios para la Energía Sostenible (RISE) del Banco Mundial son una herramienta que mide el entorno regulatorio y de políticas para las inversiones públicas y privadas en energía sostenible. Esta evaluación ayuda a identificar el desempeño en el acceso a la electricidad y adaptar las políticas y regulaciones para promover un entorno más propicio.
Al estimular los mercados y mejorar la regulación, podemos crear las condiciones adecuadas para el desarrollo de soluciones energéticas innovadoras, atraer inversiones y garantizar el acceso universal y sostenible a la energía.
Los buenos marcos regulatorios y de políticas son clave para impulsar el uso productivo de la electricidad, generar ingresos y empleo en las comunidades locales y contribuir así a la reducción de la pobreza. La planificación integrada del acceso a la energía, con un enfoque especial en la expansión de los sistemas de minirredes y fuera de la red, es esencial para el desarrollo de estas estructuras. Além de promover usos produtivos no nível local, as políticas e regulamentações informadas pelo planejamento integrado podem atender às demandas energéticas da indústria, especialmente das pequenas e médias empresas, atrair investimentos privados para o setor de energia e multiplicar os efeitos positivos desse setor sobre a economia como un todo.
Un ejemplo concreto es el esfuerzo en curso en África para integrar herramientas y metodologías de establecimiento de tarifas de mini redes entre los reguladores. Esta integración podría impulsar el despliegue de minirredes en toda la región, estimulando las actividades económicas que dependen del acceso a energía moderna y confiable. Para explorar los vínculos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) y 9 (Industria, Innovación e Infraestructura), es fundamental que el entorno normativo y regulatorio para el acceso a la energía incorpore incentivos para la colaboración intersectorial: Apoyar la innovación tecnológica y la digitalización puede reducir costos, aumentar la eficiencia a lo largo de la cadena de valor y mejorar la recaudación y la rendición de cuentas. Esto, a su vez, fomenta las inversiones que amplían las oportunidades para cerrar la brecha de acceso a la energía, al tiempo que genera impactos significativos en múltiples sectores. Por ejemplo, las plataformas tecnológicas que conectan a desarrolladores, inversores y proveedores en licitaciones de minirredes a gran escala pueden impulsar proyectos de minirredes. Además, el uso del aprendizaje automático y la inteligencia artificial para la gestión, la planificación y el mantenimiento de la carga puede minimizar los costos y asignar los recursos de manera más eficiente, lo que permite la expansión y mejora de la red y otros servicios energéticos.
Los gobiernos deben considerar la implementación de tecnologías digitales y la interoperabilidad de componentes al fortalecer y actualizar los sistemas nacionales de redes institucionales y marcos legales que guían las normas y regulaciones de productos y servicios energéticos. De esta manera, es posible crear un entorno propicio para avanzar en el acceso a la energía de manera eficiente y sostenible, con impactos positivos en múltiples sectores de la economía.
La necesidad de dirigir las medidas de apoyo a los más necesitados
Desde el inicio de la crisis energética global, los gobiernos han asignado una cantidad significativa de recursos a medidas de asequibilidad energética a corto plazo, además de los programas de apoyo y subsidios existentes. Se estima que alrededor de US$ 900bn se han asignado a estas medidas, con aproximadamente 30% de gasto anunciado en los últimos seis meses. Sin embargo, a pesar de los llamados para orientar mejor estos recursos a las familias y las industrias más necesitadas, solo 25% de medidas de asequibilidad están dirigidas a los hogares e industrias de bajos ingresos más afectados.
La Unión Europea se destaca como responsable de dos tercios del apoyo gubernamental a la accesibilidad en todo el mundo. Como resultado, ha enfrentado aumentos significativos en los precios de la electricidad y el gas en 2022. Además, los niveles de gasto de apoyo al consumidor también han aumentado en las economías emergentes y en desarrollo, principalmente a través de gobiernos que compensan a las empresas de energía por las pérdidas operativas sufridas durante la crisis energética. mantener los precios estables. Esto ha resultado en que los recursos se dirijan más a medidas de asequibilidad del consumidor (US$ 140 mil millones) que a apoyar la inversión en energía limpia (US$ 90 mil millones) desde 2020.
Si bien las medidas de emergencia juegan un papel importante en la protección de los consumidores contra los altos precios de la energía, tienen un impacto significativo en los balances del gobierno. Los subsidios a los combustibles fósiles, por ejemplo, alcanzaron un máximo histórico en 2022. Esta situación podría amenazar la capacidad de algunos países para equilibrar el alivio a corto plazo con esfuerzos simultáneos para abordar la seguridad energética y la asequibilidad a través de una mayor eficiencia energética y la inversión en energía limpia. Este equilibrio es particularmente desafiante en los mercados emergentes y las economías en desarrollo debido a las tensiones financieras preexistentes.
Como resultado, la mayor parte del gasto en asequibilidad y energía limpia sigue concentrado en las economías avanzadas. Estos ahorros actualmente representan 93% del apoyo total del gobierno para inversiones en energía limpia y 85% de apoyo para la asequibilidad del consumidor. Esta disparidad destaca la necesidad de una distribución más equitativa de los recursos para garantizar que las economías emergentes y en desarrollo también puedan beneficiarse de medidas que promuevan el acceso a la energía y la inversión en fuentes limpias y sostenibles.
Es esencial que los gobiernos consideren estrategias eficientes y equilibradas, que busquen mitigar los impactos financieros y asignen los recursos de manera adecuada, apuntando tanto al alivio inmediato como a los esfuerzos a largo plazo para abordar los desafíos de la seguridad energética, la asequibilidad y la sostenibilidad.
En 12 países que representan casi el 60% de la población mundial, los hogares promedio vieron aumentar su participación en los ingresos destinados a la energía doméstica en 2022, incluso con una intervención sustancial del gobierno, ya que los precios de la energía superaron los aumentos salariales. Este impacto fue aún mayor para los hogares más pobres, que suelen gastar una mayor proporción de sus ingresos en energía.
Los países de la Unión Europea son los principales responsables del gasto total en accesibilidad, representando dos tercios de este total. Alemania es el mayor contribuyente individual en este sentido, y se estima que va camino de gastar alrededor de la mitad de su presupuesto de 200 000 millones de euros aprobado en octubre pasado. Croacia, Polonia, Italia y la República Checa también se encuentran entre los países de la Unión Europea que han implementado importantes paquetes de medidas de accesibilidad. Fuera de la Unión Europea, Australia anunció recientemente en su presupuesto para 2023-2024 la liberación de 3 mil millones para la reducción de los precios de la energía, si se aprueba.
Las medidas tomadas por los gobiernos, como recortes de impuestos, subsidios a los combustibles y regulación de los precios de la energía, han beneficiado en gran medida a la población en general, en lugar de estar dirigidas a los más necesitados. Alrededor de 75% de fondos asignados a nivel mundial se dirigen a la población en general, en lugar de a los hogares de bajos ingresos o a los sectores económicos más expuestos al aumento de los costos de la energía. Esto indica que los llamamientos anteriores para orientar mejor las medidas de apoyo no se han atendido plenamente.
La mayor parte del gasto público en medidas de asequibilidad del consumidor, alrededor de 70% a nivel mundial, se dirige a apoyar la electricidad, el gas natural y la calefacción. Estas medidas se han concentrado principalmente en Europa y el Sudeste Asiático, con el objetivo de compensar los altos precios de la electricidad y el gas. En otros países, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo (EMDE), los precios de los combustibles para el transporte aumentaron de manera más pronunciada. En respuesta, los gobiernos de estos países están dirigiendo 65% de apoyo al consumidor hacia descuentos en combustibles para el transporte. Algunas regiones han adoptado tarifas reducidas para el transporte público, como el lanzamiento de trenes de precio fijo y pases de autobuses regionales en España y Alemania.
Si bien estas intervenciones fiscales son teóricamente de corta duración, la falta de objetivos específicos plantea dudas sobre si los países están enviando suficientes señales a los consumidores para reducir el consumo innecesario, aumentar la eficiencia y buscar fuentes de energía alternativas. Algunos gobiernos europeos ya han sugerido su intención de extender los principales programas de apoyo hasta finales del próximo año, como una forma de prepararse ante posibles interrupciones en los mercados energéticos durante el próximo invierno en el hemisferio norte.
Esta falta de objetivos específicos en las medidas de apoyo plantea preocupaciones sobre la capacidad de los países para enviar las señales correctas a los consumidores, alentándolos a reducir el consumo innecesario, aumentar la eficiencia energética y buscar fuentes de energía alternativas. Es fundamental que los gobiernos logren un equilibrio entre la protección de los consumidores contra los aumentos de precios y la promoción de comportamientos sostenibles. De esta forma, será posible afrontar los retos energéticos de forma más eficiente y avanzar hacia un futuro más sostenible.